La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que ha tenido un impacto significativo en la sociedad en los últimos meses, nos encontramos con asistentes que responden a todo lo que le preguntamos, muchas veces alucinan, pero responden, ya no usamos el buscador, nos hemos puesto más cómodos, no tenemos que pensar mucho, pedimos a chatgpt o Google Bard que nos entregue un texto y colocamos nuestro nombre, no hay mucho más por hacer, pero su impacto en la economía real, esa que hace que los países se conviertan en modelos a seguir, ha sido más modesto de lo que se esperaba inicialmente y no se ve un horizonte donde esto pueda cambiar para mejorar la vida de las personas en los próximos años, tenemos muchos proyectos, pero bajo impacto en el crecimiento económico.
Uno de los principales motivos de este bajo impacto es que la IA ha sido utilizada principalmente para automatizar tareas rutinarias y repetitivas, que no suelen ser muy productivas. Por ejemplo, la IA se ha utilizado para automatizar tareas en la fabricación, el servicio al cliente y la atención sanitaria. Sin embargo, estas tareas no suelen ser muy intensivas en mano de obra, por lo que su automatización no ha tenido un impacto significativo en la productividad.
Otro motivo del bajo impacto de la IA en la economía es que los trabajadores desplazados por la automatización han sido migrados a puestos de trabajo que son menos productivos. Por ejemplo, han sido desplazados de las fábricas por robots y han sido migrados a puestos de trabajo en el sector servicios, que suelen ser menos productivos que el sector manufacturero.
Como resultado de estos factores, el impacto de la IA en la productividad ha sido más modesto de lo que se esperaba inicialmente. Según un estudio de McKinsey Global Institute, la IA podría aumentar la productividad global en un 1,4% para 2030. Sin embargo, este aumento es relativamente modesto en comparación con el impacto de otras tecnologías, como la electricidad o la máquina de vapor.
La inteligencia artificial ha generado grandes expectativas en cuanto a su impacto en la economía. Si bien es cierto que actualmente los asistentes de IA nos brindan comodidad al responder a nuestras consultas, su impacto económico real puede tardar en manifestarse de manera significativa. Un ejemplo de esto es cómo la IA ha transformado el sector del transporte, con la aparición de vehículos autónomos que prometen revolucionar la industria. Sin embargo, aún estamos lejos de ver una adopción masiva de esta tecnología en nuestras ciudades.
Además, la IA ha mostrado su potencial en el ámbito de la medicina, donde puede contribuir significativamente a la investigación y el diagnóstico de enfermedades. Por ejemplo, los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos médicos para identificar patrones que los humanos podrían pasar por alto, lo que podría llevar a avances importantes en el tratamiento de enfermedades. A pesar de estos avances, es importante tener en cuenta que el impacto económico de la IA puede ser gradual y que los beneficios a largo plazo pueden tardar en materializarse. Es posible que, al igual que otras tecnologías prometedoras de Silicon Valley, la IA también enfrente desafíos y obstáculos inesperados en su camino hacia la adopción generalizada y el impacto económico significativo.
La IA es una tecnología compleja y desafiante, y su desarrollo y despliegue no son sencillos. Es posible que la IA no sea capaz de cumplir todas las expectativas que se han depositado en ella. Por ejemplo, es posible que la IA no sea capaz de superar la creatividad y la inteligencia humana en muchas tareas.Los posibles beneficios económicos, incluso los modestos, podrían reflejarse en los datos muchas décadas después de las primeras instancias de la promesa tecnológica, como suele ser el caso.El impacto de las nuevas tecnologías en la economía suele tardar en reflejarse en los datos. Por ejemplo, el impacto de la electricidad no se vio reflejado en el crecimiento económico hasta décadas después de su desarrollo. Es posible que el impacto de la IA en la economía siga esta misma trayectoria.
El impacto de la IA en la economía ha sido más modesto de lo que se esperaba inicialmente. Es posible que la IA tenga un efecto más significativo en el futuro, pero es probable que este se produzca de forma gradual y no se vea reflejado en los datos hasta muchas décadas después.Ahora, siempre están los que pueden resolver problemas, agregando a sus desarrollos los avances que se van generando, los emprendedores que vieron la oportunidad y la pusieron a trabajar para lograr productividad en los procesos y eso es lo que hacemos en Propulsion, nos enfocamos en las pequeñas cosas, en los problemas de la operación diaria de nuestros clientes para llevarlos al siguiente nivel, ahí es donde podemos mejorar incluyendo sistemas de gestión que ayudan a nuestros clientes a reducir costos y mejorar su productividad.
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