La digitalización sostenible en centros de datos se ha convertido en una necesidad imperante para proteger el medio ambiente y fortalecer la responsabilidad social corporativa. Con el aumento de la demanda de servicios en la nube y la proliferación de dispositivos conectados, la construcción y operación de centros de datos ha crecido exponencialmente, generando preocupaciones sobre su consumo energético y el impacto ambiental asociado.
Los campus de centros de datos sostenibles emergen como una solución innovadora que busca equilibrar el crecimiento digital con los objetivos de sostenibilidad, integrando tecnologías y prácticas ecológicas en todas las etapas de su ciclo de vida. Aunque enfrentan desafíos tecnológicos y financieros, como la necesidad de innovaciones en refrigeración y altas inversiones iniciales, estos campus representan una estrategia empresarial inteligente que alinea el crecimiento digital con las metas globales de sostenibilidad, estableciendo un nuevo estándar en la industria.
La adopción de prácticas sostenibles no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede resultar económicamente ventajosa para las empresas, mejorando su competitividad en un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental. Además, la adopción de centros de datos sostenibles fortalece la resiliencia empresarial frente a futuras regulaciones y satisface las expectativas crecientes de inversores y consumidores comprometidos con la sostenibilidad.
EstaR siempre haciendo las cosas de manera diferente, es una parte fundamental del proceso de gestión de los centros de datos y las innovaciones en refrigeración para reducir el consumo de agua en centros de datos están tomando un papel crucial. La refrigeración líquida se destaca como una solución prometedora y actual, utilizando técnicas como la inmersión directa de servidores en líquidos dieléctricos no conductores y el uso de placas frías que están en directo contacto con los chips, lo que permite una disipación eficiente del calor con menor dependencia del agua.
Los sistemas de enfriamiento sin agua más eficientes para centros de datos incluyen principalmente el free-cooling, la refrigeración por inmersión y la refrigeración líquida directa en el chip. El free-cooling, como el sistema Vertiv™ Liebert® DSE, utiliza aire exterior para enfriar los equipos, lo que puede resultar en ahorros significativos de energía y agua, con cada sistema ahorrando aproximadamente 6,75 millones de galones de agua al año. La refrigeración por inmersión implica sumergir completamente los componentes electrónicos en un líquido dieléctrico no conductor, lo que permite una excelente disipación del calor y elimina la necesidad de ventiladores, mejorando así la eficiencia energética.
La efectividad del uso del agua (WUE) en los centros de datos se mide dividiendo el uso anual de agua de la instalación, expresado en litros, por el consumo energético del equipo de TI, medido en kilovatios-hora (kWh). Esta métrica fue desarrollada por The Green Grid y permite a los administradores de centros de datos evaluar el impacto del consumo de agua en sus operaciones.
El cálculo incluye el agua utilizada para refrigeración, regulación de la humedad y producción de electricidad en el sitio. Un WUE más bajo indica una mayor eficiencia en el uso de recursos hídricos; por ejemplo, un centro de datos promedio tiene una WUE de aproximadamente 1.8 litros por kWh, mientras que aquellos con un WUE de 0.2 l/kWh o menos utilizan menos de 200 ml de agua por kWh consumido. Medir el WUE junto con otras métricas como el PUE (Eficiencia del Uso de Energía) y el CUE (Eficiencia del Uso del Carbono) permite a las organizaciones identificar oportunidades para mejorar la sostenibilidad y reducir el consumo total de agua y energía.
Por otro lado, la refrigeración líquida directa en el chip utiliza un líquido refrigerante que se conduce directamente a los microprocesadores, optimizando la transferencia de calor y manteniendo los componentes a temperaturas óptimas. Para implementar estas tecnologías, es fundamental realizar una evaluación detallada de las necesidades térmicas del centro de datos y adaptar la infraestructura existente para integrar estos sistemas eficientes.
Ahora que tenemos pensado en reducir los costos y uso del agua, debemos generar las instancias de medición del uso efectivo del agua a través del Water Usage Effectiveness (WUE), que se ha convertido en una métrica clave para evaluar la sostenibilidad. Estas innovaciones y prácticas sostenibles no solo ayudan a mitigar el impacto ambiental, sino que también mejoran la eficiencia operativa y la competitividad de las empresas en un mercado cada vez más consciente del medio ambiente.
Por otro lado, tenemos que pensar, en cómo serán construidos estas salas de servidores que dan servicio a todo lo que conocemos en nuestras actividades diarias y debemos pensar que las innovaciones en materiales están mejorando significativamente la eficiencia de la refrigeración en centros de datos, enfocándose principalmente en tecnologías que optimizan el manejo del calor. Un avance clave es el uso de placas frías, que permiten la refrigeración directa al chip mediante un sistema de circuito cerrado que disipa el calor de manera más efectiva que los métodos tradicionales de enfriamiento por aire. Estas placas enfrían directamente el silicio y recirculan el fluido refrigerante, logrando un control de temperatura más preciso.
Los centros de datos enfrentan varios desafíos técnicos al implementar tecnologías de refrigeración líquida, a pesar de sus beneficios en eficiencia energética y capacidad para manejar altas densidades térmicas. Uno de los principales obstáculos es el costo inicial elevado, que incluye la necesidad de infraestructura especializada y servidores compatibles, lo que puede resultar en una inversión significativa. Además, la complejidad de la instalación requiere conocimientos técnicos especializados para el diseño y mantenimiento de estos sistemas, lo que puede ser un reto para los centros de datos existentes que necesitan modificaciones sustanciales. También existe el riesgo de fugas de líquido, que pueden dañar el hardware y suponer un peligro para la seguridad; por lo tanto, se requieren medidas rigurosas de gestión y mantenimiento para prevenir estos incidentes.
La implementación de controles adecuados y la supervisión constante son esenciales para mitigar estos riesgos. Finalmente, la integración de sistemas de refrigeración líquida en instalaciones ya existentes puede ser complicada, ya que es necesario equilibrar las capacidades de los sistemas de refrigeración por aire y por líquido, lo que demanda una planificación cuidadosa para minimizar interrupciones y asegurar un funcionamiento eficiente.
Al integrar herramientas como la inteligencia artificial para optimizar la gestión de recursos, estos campus abren el camino hacia una digitalización ética y eficaz que beneficia tanto a las empresas como al planeta. La adopción de centros de datos sostenibles fortalece la resiliencia empresarial frente a futuras regulaciones y satisface la creciente expectativa de inversores y consumidores comprometidos con el medio ambiente. Este enfoque no solo representa un avance en el cuidado del planeta, sino también un movimiento inteligente para que las empresas mantengan su competitividad en el mercado global.
En los próximos años, se espera que la innovación en el desarrollo de centros de datos esté marcada por varias tendencias clave que transformarán su funcionamiento y eficiencia. Primero, la inteligencia artificial (IA) jugará un papel fundamental, optimizando la gestión operativa al predecir fallos y mejorar el consumo energético. Además, la sostenibilidad será una prioridad creciente, impulsando la adopción de energías renovables y sistemas de refrigeración más eficientes, como la refrigeración líquida y el uso de agua fría del océano. La computación en el borde (edge computing) también ganará relevancia, trasladando recursos de procesamiento más cerca de la fuente de datos para reducir la latencia y mejorar el rendimiento.
Los diseños modulares se volverán más comunes, permitiendo un despliegue rápido y escalabilidad a bajo costo. Asimismo, se prevé un aumento en la adopción de estándares abiertos para reducir costos operativos y fomentar la interoperabilidad. La automación y el uso de herramientas avanzadas de gestión de infraestructura (DCIM) facilitarán operaciones más eficientes con menos intervención humana. Finalmente, la necesidad de una mayor capacidad de red será crucial para soportar el crecimiento del tráfico de datos, especialmente con el auge de aplicaciones que requieren alta velocidad y baja latencia. Estas tendencias no solo mejorarán la eficiencia operativa, sino que también ayudarán a los centros de datos a cumplir con los objetivos ambientales y a adaptarse a las demandas cambiantes del mercado.